sábado, 30 de noviembre de 2019

Jimó - Parte 1.13


Capítulo 13

-Deberíamos haber traído un poco más de comida… Actuamos rápido y sin medir las consecuencias…
-Tranquilo Sarím, tengo un pergamino todavía, pero no podemos parar… Una vez que sepamos su localización exacta comeremos y los desprevenidos serán ellos.
- ¿¿Tienes comida y no lo habías dicho?? Bueno… Tienes razón, pero mira el estado de estos chicos, yo puedo seguir todavía.
-Yo estoy bien – aportó Marrow – pero a Franki y Ha ido no veo que les venga mal… Les daré lo que me queda de agua.
 Habían pasado ya dos días desde que habían visto el oasis, los pocos suministros que llevaban encima se habían terminado el día anterior y las cantimploras ya casi se habían vaciado.
- ¿Oyen eso…? –dijo el niño.
-Espero que sean buenas noticias… Es Jim…
-…
 El pequeño marsupial salió de la tierra, no decía una sola palabra, como era normal en su especie, solo hacía señas.
-Parece que los encontró… Marrow, ¿te molestaría darle un poco de agua? Ya traigo a comida…
-Aquí tienes.
 El animal seguía haciendo señas, pero ni el mismo mago entendía que intentaba decir.
-No entiendo estas señas… Puede que sea porque esté cansado, pero lo que sí entendí es que los chicos están bien…
- ¿Está decidido entonces? –al guerrero le rugía el estómago.
-Sí, solo espera que le haga una pregunta más… ¿A qué distancia? –dijo dirigiéndose al rastreador y este le contestó luego de tomar un sorbo de agua –Está bien, descansemos un poco y comamos, están a menos de un día por suerte…
 El grupo comió y el pequeño animal también, que a pesar de que su especie estaba preparada para resistir todo tipo de climas por varios días, el moverse a toda velocidad sin descansar en tan poco tiempo lo había fatigado.
-Dazu… La próxima no nos dejes sin comida sabiendo que tienes –le reprochó su amigo.
-Esperemos que no halla próxima vez…  -ambos callaron hasta que todos terminaron –Bueno… Espero que estén satisfechos… Tenemos que seguir un poco más para encontrarlos. Una vez que aseguremos su posición dormiremos un poco, y Jim, podrás descansar también.
 Caminaron toda la tarde siguiendo al pequeño animal hasta que en un momento se detuvo, se avecinaba una tormenta.
- ¿Qué pasa Jim?
 El rastreador comenzó a hacer un par de señas en lo que el mago lo levantó y lo cargó en su hombro.
- ¿Estás seguro de que no quieres que lo lleve yo?
-Descuida Sarím, es un poco delicado y ya lo sabes.
-Está bien.
-Además es más liviano de lo que parece.
 El animal comenzó a señalar en la dirección en la que debían ir, aunque no se desviaban mucho del lugar por donde iban y luego se escondió en las ropas del mago.
-Dazu… ¿No le gusta las tormentas?
-Así es Marrow, aunque si iría debajo de la tierra se sentiría más seguro, pero de esa forma tampoco lo podríamos ver.
-Entiendo… Y parece que va a durar mucho la tormenta…
-Si no lo malinterpreto, estamos bastante cerca, así que podrá descansar antes de que la tormenta termine… Así que estén atentos si ven algo, no queremos ser vistos.
 Las primeras gotas comenzaban a mojar el piso árido cuando en el horizonte notaron algo.
-Sarím, ¿todavía tienes ese objeto para ver lejos?
-Sí, ya te lo paso… -el guerrero le entregó un pequeño catalejo un poco polvoriento.
- ¿Qué habrá pasado ahí…?
- ¿Qué ves?
-Buenas y malas noticias, espero… -dijo el mago mirando a los alrededores con el instrumento pegado a su ojo.
-Las malas primero por favor –refutó su compañero.
-No vamos a dormir por el momento.
-Y la buena… -dijo con pocas ganas.
-Parece que hubo una pelea… Y no veo señal alguna de los anuladores cerca –todavía observando el lugar –los chicos están ahí.
-No podemos bajar la guardia, revisemos los alrededores y una vez seguros nos acercaremos.
-Háganlo ustedes, iré a verlos en persona, deben necesitar comida y agua… Muchas gracias Jim, puedes descansar –dijo abriendo un pequeño portal en el suelo.
 El rastreador hizo un par de señas mostrando cansancio y se metió en él. Los guerreros y los iniciados comenzaron a caminar por los alrededores mientras que el mago, por su parte, fue sin perder tiempo hacia el lugar en el que se encontraban Devon y también Mark, quien parecía dormido.
- ¡Chicos! Primero… ¿Están bien?
-Sí, por suerte no necesitamos ni agua ni comida… Él nos dijo que alguien vendría a buscarnos y nos dejó comida… De todas formas, nos duele todo por esas malditas redes…
-Ahora bien, ¡ustedes saben que les dije que no llamen la atención! –dijo alterado, gritando, y luego confundido, prosiguió- Esperen… ¿Él?
-Sí... –respondió cansado –les hizo frente a los cuatro juntos y luego nos liberó… De no haber sido por él…
- ¿Pero qué aspecto tenía?
-No recuerdo mucho… Solo que los anuladores nos daban comida y agua, lo suficiente para que siguiéramos con vida, pero esas redes… Esas redes no nos dejaban hacer nada y nos debilitaban continuamente…
-Entiendo… Espero que al menos hayan aprendido la lección, avisaré a los demás que estamos fuera de peligro. Come y descansa un poco, si despierta dile que ya estamos aquí, que no se preocupe.
 El mago corrió en busca de sus compañeros y les explicó la situación, luego descansaron.
-El viaje de regreso va a ser largo, pero al menos podemos descansar y comer en paz… Por cierto, ¿recuerdan algo más sobre la persona que los salvó?
-Sin duda era un mago, no creo que una persona normal use pergaminos para guardar cosas… Así nos dio la comida, la tenía guardada –Mark seguía dormido.
-Está bien… Descansemos bien esta noche… Mañana comenzaremos el regreso –dijo el mago viendo que los guerreros ya estaban dormidos y sonrió.


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