Capítulo 10
El tercer día pasaba rápido, el sol se veía a
mitad de su camino en el cielo en el momento que en el horizonte comenzó a
divisarse un río y un puente sobre él. Al otro lado el paisaje cambiaba
completamente, parecía que la vitalidad que había desaparecido de un lado había
ido a parar hacia el otro. Un pastizal cubría el suelo seguido de un bosque que
se hacía más denso a medida que se adentraban en él. Pronto comenzaron a notar
claros a sus alrededores, donde varias especies convivían en armonía.
Los días fueron tranquilos, para cuando se
acordaron, notaron una gran piedra en un valle, rodeada de civilización. Una
ciudad sin murallas, pero con torres, calles inundadas de puestos comerciales
de todo tipo, grupos de niños correteando de aquí para allá mientras que los
más viejos los observaban sentados a lo lejos, la clase media se veía en pleno
florecimiento. A pesar de esto, soldados vigilaban a toda hora parados a cierta
distancia unos de otros. No parecía más que una aldea con una población
exagerada, con ciertas estructuras que eran dignas de ser valoradas por sus
dioses.
Franki observaba a niños que rondaban su edad,
jugando como si no pensaran en el futuro ni en el pasado, se imaginaba con
ellos.
-Te entiendo
pequeño… Yo también los envidio, cuando tenía tu edad este lugar no era así…
- ¿Naciste
aquí Dazu?
-Ninguno de
los dos lo sabemos realmente… Estoy con Sarím desde que tengo memoria…
-…
-No te
preocupes –Sonrió el mago –Por algo somos lo que somos ahora.
-Está bien –le
devolvió la sonrisa.
-Hay algo que
me gustaría mostrarles, Sabio –dijo dirigiéndose él –supongo que sus papeles
llevaran un tiempo, le escoltaremos hasta el ayuntamiento mientras que Sarím y
Marrow averiguan sobre la daga, a la noche nos encontraremos en la taberna
Aguja del Sol, se encuentra frente al ayuntamiento así que no va a tener
problemas.
-Me parece
bien –asintió el anciano.
-Nosotros nos
marchamos entonces, vamos Marrow –dijo el guerrero alejándose.
El grupo se dividió según lo hablado, el
Emporio del Martillo Carmesí, distrito de comercialización de armas, se
encontraba a unas pocas cuadras, mientras que el ayuntamiento y la Piedra del
Alma se encontraban alejados, en el centro de la ciudad, a pocos pasos de una
enorme edificación que llamó la atención de los dos aprendices al acercarse al
lugar.
- ¿Qué es
eso…? –preguntaron los dos al mismo tiempo.
-Parece que he
llegado, los veo más tarde –dijo el anciano dejando a los tres magos solos.
-Bien, ya casi
llegamos… Esto es el Coliseo Mágico…
-Tenía
entendido que no se podía usar magia en esta ciudad…
-Y así es Ido,
por desgracia…
Franki agachó la cabeza al ver que un enorme
candado estaba agarrado a las puertas del edificio.
-Hubo una
época donde todos los magos eran aclamados, combatían por diversión contra sus
amigos en la arena con sus MEDEs. Cada ciudad tenía sus representantes a pesar
de que todos se conocían, pero empezó a cambiar en el momento en que las
grandes cabezas apostaban a costa de ellos aprovechándose de la situación. A
muchos los amenazaron con hacerles daño a sus familias con tal de que pierdan,
ya no era diversión. Cierto día eso cambió… Pero esa es otra historia.
- ¿Por qué nos
cuentas esto si no nos cuentas todo?
-Algún día en
la aldea Ido, la razón es que también está prohibido hablar de ese hecho… De todas
formas, como sabes, la magia está prohibida en todos sus sentidos, así que si
un anulador aparece ni se mosqueen… Síganme, la Piedra del Alma está aquí
nomas.
-Si hay
alguien en toda esta ciudad que conozca esa arma, tiene que ser él, pregúntale
sobre ella y dile que vienes de mi parte, seguramente quiera hacer una prueba a
tu armadura, no sé qué manía tiene con esas cosas, pero de esa forma le caerás
bien. Por mi parte, tengo que hacer un par de cosas y conseguir más espadas de
entrenamiento decentes… Suerte.
-Graci… Espera
¿¡Golpear mi armadura!? ¡Ni siquiera he hecho la prueba yo mismo en la herrería
de la aldea! ¿Con que volveré si se rompe…?
- ¡Hasta
luego!
…
-No te creo
que vengas de parte de Sarím…
-Mmm… Tengo…
Tengo una armadura… -Marrow agachó la cabeza dándose por vencido.
- ¡Ahora
hablamos el mismo idioma! Déjame ver esa daga.
Luego de inspeccionarla por un momento
detalladamente…
-Realmente no
sé de qué época puede ser, nunca he visto algo tan desgastado por el tiempo,
pero, por el contrario, tiene tanto filo como cualquier hoja de un arma nueva,
incluso podría decir que más…
-Mmm… Así que
llegando al caso no me puedes decir nada…
-No,
lamentablemente no, discúlpame, no me había pasado en años…
-Gracias de
todos modos, hasta lueg…
- ¿A dónde crees
que vas? La armadura.
-…
Mientras tanto
en el centro de la ciudad.
-Esta piedra
al parecer tiene el poder dar un poco de magia extra a los magos dependiendo de
su propio poder, yo lo hice luego de iniciarme. Me gustaría que todos estén
aquí, pero el anciano ya miraba feo cuando dije de traerlos… En fin, adelante
chicos.
…
-Resistente y
hermosa… Sin duda eres todo un genio, ¿Cuánto quieres por ella?
-Si no se la
vendo no me dejará ir… -Pensó Marrow.
Esa misma
noche…
- ¿Así que le
terminaste vendiendo tu armadura? JAJAJAJAJA
-Al menos
conseguí provisiones para la aldea… ¿Cómo les fue a ustedes chicos?
-Los demás
tienen que conocer la piedra… -dijeron juntos.
El anciano se acercó a la mesa cuando todavía
estaban riendo.
-El papeleo
está listo, mañana saldremos temprano nuevamente.
Todos asintieron y luego siguieron
conversando.
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