Capítulo 13
-Deberíamos
haber traído un poco más de comida… Actuamos rápido y sin medir las
consecuencias…
-Tranquilo
Sarím, tengo un pergamino todavía, pero no podemos parar… Una vez que sepamos
su localización exacta comeremos y los desprevenidos serán ellos.
- ¿¿Tienes
comida y no lo habías dicho?? Bueno… Tienes razón, pero mira el estado de estos
chicos, yo puedo seguir todavía.
-Yo estoy bien
– aportó Marrow – pero a Franki y Ha ido no veo que les venga mal… Les daré lo
que me queda de agua.
Habían pasado ya dos días desde que habían
visto el oasis, los pocos suministros que llevaban encima se habían terminado
el día anterior y las cantimploras ya casi se habían vaciado.
- ¿Oyen eso…?
–dijo el niño.
-Espero que
sean buenas noticias… Es Jim…
-…
El pequeño marsupial salió de la tierra, no
decía una sola palabra, como era normal en su especie, solo hacía señas.
-Parece que
los encontró… Marrow, ¿te molestaría darle un poco de agua? Ya traigo a comida…
-Aquí tienes.
El animal seguía haciendo señas, pero ni el
mismo mago entendía que intentaba decir.
-No entiendo
estas señas… Puede que sea porque esté cansado, pero lo que sí entendí es que
los chicos están bien…
- ¿Está
decidido entonces? –al guerrero le rugía el estómago.
-Sí, solo
espera que le haga una pregunta más… ¿A qué distancia? –dijo dirigiéndose al
rastreador y este le contestó luego de tomar un sorbo de agua –Está bien,
descansemos un poco y comamos, están a menos de un día por suerte…
El grupo comió y el pequeño animal también,
que a pesar de que su especie estaba preparada para resistir todo tipo de
climas por varios días, el moverse a toda velocidad sin descansar en tan poco
tiempo lo había fatigado.
-Dazu… La
próxima no nos dejes sin comida sabiendo que tienes –le reprochó su amigo.
-Esperemos que
no halla próxima vez… -ambos callaron
hasta que todos terminaron –Bueno… Espero que estén satisfechos… Tenemos que
seguir un poco más para encontrarlos. Una vez que aseguremos su posición
dormiremos un poco, y Jim, podrás descansar también.
Caminaron toda la tarde siguiendo al pequeño
animal hasta que en un momento se detuvo, se avecinaba una tormenta.
- ¿Qué pasa
Jim?
El rastreador comenzó a hacer un par de señas
en lo que el mago lo levantó y lo cargó en su hombro.
- ¿Estás
seguro de que no quieres que lo lleve yo?
-Descuida
Sarím, es un poco delicado y ya lo sabes.
-Está bien.
-Además es más
liviano de lo que parece.
El animal comenzó a señalar en la dirección en
la que debían ir, aunque no se desviaban mucho del lugar por donde iban y luego
se escondió en las ropas del mago.
-Dazu… ¿No le
gusta las tormentas?
-Así es
Marrow, aunque si iría debajo de la tierra se sentiría más seguro, pero de esa
forma tampoco lo podríamos ver.
-Entiendo… Y
parece que va a durar mucho la tormenta…
-Si no lo
malinterpreto, estamos bastante cerca, así que podrá descansar antes de que la
tormenta termine… Así que estén atentos si ven algo, no queremos ser vistos.
Las primeras gotas comenzaban a mojar el piso
árido cuando en el horizonte notaron algo.
-Sarím,
¿todavía tienes ese objeto para ver lejos?
-Sí, ya te lo
paso… -el guerrero le entregó un pequeño catalejo un poco polvoriento.
- ¿Qué habrá
pasado ahí…?
- ¿Qué ves?
-Buenas y
malas noticias, espero… -dijo el mago mirando a los alrededores con el instrumento
pegado a su ojo.
-Las malas
primero por favor –refutó su compañero.
-No vamos a
dormir por el momento.
-Y la buena…
-dijo con pocas ganas.
-Parece que
hubo una pelea… Y no veo señal alguna de los anuladores cerca –todavía
observando el lugar –los chicos están ahí.
-No podemos
bajar la guardia, revisemos los alrededores y una vez seguros nos acercaremos.
-Háganlo
ustedes, iré a verlos en persona, deben necesitar comida y agua… Muchas gracias
Jim, puedes descansar –dijo abriendo un pequeño portal en el suelo.
El rastreador hizo un par de señas mostrando
cansancio y se metió en él. Los guerreros y los iniciados comenzaron a caminar
por los alrededores mientras que el mago, por su parte, fue sin perder tiempo
hacia el lugar en el que se encontraban Devon y también Mark, quien parecía
dormido.
- ¡Chicos!
Primero… ¿Están bien?
-Sí, por
suerte no necesitamos ni agua ni comida… Él nos dijo que alguien vendría a
buscarnos y nos dejó comida… De todas formas, nos duele todo por esas malditas
redes…
-Ahora bien, ¡ustedes
saben que les dije que no llamen la atención! –dijo alterado, gritando, y luego
confundido, prosiguió- Esperen… ¿Él?
-Sí...
–respondió cansado –les hizo frente a los cuatro juntos y luego nos liberó… De
no haber sido por él…
- ¿Pero qué
aspecto tenía?
-No recuerdo
mucho… Solo que los anuladores nos daban comida y agua, lo suficiente para que
siguiéramos con vida, pero esas redes… Esas redes no nos dejaban hacer nada y
nos debilitaban continuamente…
-Entiendo…
Espero que al menos hayan aprendido la lección, avisaré a los demás que estamos
fuera de peligro. Come y descansa un poco, si despierta dile que ya estamos
aquí, que no se preocupe.
El mago corrió en busca de sus compañeros y
les explicó la situación, luego descansaron.
-El viaje de
regreso va a ser largo, pero al menos podemos descansar y comer en paz… Por
cierto, ¿recuerdan algo más sobre la persona que los salvó?
-Sin duda era
un mago, no creo que una persona normal use pergaminos para guardar cosas… Así
nos dio la comida, la tenía guardada –Mark seguía dormido.
-Está bien…
Descansemos bien esta noche… Mañana comenzaremos el regreso –dijo el mago
viendo que los guerreros ya estaban dormidos y sonrió.
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