Capítulo 17
Unos minutos
antes en el Emporio del Martillo Carmesí…
-Me gusta
esta, me la llevo.
- ¿Qué pasó
con tu otra espada?
-Le encontré
una entalladura... al mínimo golpe se romperá.
-De todas
formas, la veo un poco cara...
-No te
preocupes Marrow, tengo mis propios fondos jajaja…
El ruido en el exterior comenzó a ser cada vez
más fuerte, interrumpiendo la charla de los guerreros en una tienda.
- ¿Tiene idea
de qué está pasando? -preguntaron al vendedor.
-Al parecer
son los anuladores, debe haber algún mago cerca... hace tiempo que no pasaba
algo así.
-Uhh...
- ¿Pasa algo?
-Nada, aquí
está el dinero, gracias.
-Siempre es un
placer hacer negocios. Si hay un mago cerca no tardarán encontrarlo, no creo
que sea alguien muy inteligente si se muestra en esta ciudad... Mmm no parecían
tan apurados.
El vendedor se había quedado hablando solo
para cuando la transacción se había completado, dado que Sarim y Marrow
salieron de la tienda siguiendo el rastro del grupo de anti magos lo más rápido
que pudieron.
-No puede ser,
tenemos que encontrarlos lo antes posible.
-Espero que no
haya sido culpa de Franki...
-No creo que
haya sido su culpa... No esperaba usar esta espada tan pronto, la quería para
entrenar... -agachó la cabeza Sarim con una mueca de desilusión.
-Entonces,
¿los buscamos o seguimos a los anuladores?
-Si los
seguimos creo que los encontraremos antes... de todas formas podremos
emboscarlos de manera más fácil...
-No son pocos
Sarim…
-Son anti
magos Marrow -refutó su maestro con una sonrisa confiada.
-Ya veo...
Bueno, en realidad no te estoy entendiendo...
-Jajaja no te
preocupes, y aunque quieran atraparlos, Dazu está con ellos.
-Está bien…
Un grupo de anuladores patrullaba a cinco
cuadras del Coliseo, dirigiéndose al mismo, mientras que los magos se alejaban
lentamente del lugar con dirección contraria, yendo hacia la entrada de la
ciudad.
- ¿Qué tiene
el libro?
-No entiendo
Franki.
- ¿Mmm?
-Lo se Ido, es
que solo hay números y algunas letras aquí, no dice nada más... y sigue lo
mismo... hasta el final...
- ¿Tanto
problema por un libro que al final solo tiene letras y números? - Se quejó Ido
-No puede ser
solo eso Dazu.
-Mmm…
El mago observó concentrado el libro mientras
caminaban, leyendo y releyendo siempre el mismo patrón, ocho números seguidos
de una o dos letras.
-Esperen ya lo
entendí...
-Dazu... creo
que tenemos un problema… -alertó a su maestro.
-Uhh...
Franki, no estabas flotando ¿o sí...?
-No.
-Mmm... Si no
hay otra forma…
Diecinueve anuladores estaban detrás de ellos
para cuando Dazu quiso darse cuenta, en lo que el mago observó el techo de un
edificio detrás del numeroso grupo.
-Llegó la
caballería, no estamos tan mal... -En lo que sonrió.
- ¿A qué te
refieres Dazu? -Preguntó Ido -Ahh…
Los anuladores miraban a los 3 magos que se
encontraban a pocos metros con sonrisas bastante marcadas, en lo que, sin darse
cuenta, dos de ellos cayeron sin que se dieran cuenta en la retaguardia cuando
se lanzaron a correr hacia sus preciadas presas.
Sarim y Marrow habían saltado del techo
cayendo sobre los últimos dos anti magos del grupo, golpeándolos con los mangos
de sus espadas, dejándolos inconscientes.
El capitán del grupo frenó el ataque ante
esto, reuniendo a su grupo en lo que pareció ser el centro de lo que iba a ser
su campo de batalla.
- ¿De dónde
salieron esos dos? No importa, somos mayoría, no creo que estén muertos -dijo
señalando a los anuladores que estabas siendo usados de asiento por los
guerreros -Ustedes seis encárguense de los de atrás, en un momento llega el
grupo de respaldo de ser necesario, traten de suprimirlos lo antes posible si
no quieren compartir la recompensa con más personas.
-Así que van a
venir más… Ido, los de la izquierda son tuyos, Franki, tu tranquilo y no tengas
miedo por más que sean.
-Sigo pensando
en el señor Val... Su cara…
-Concéntrense
– Interrumpió su maestro.
Ido asintió sin decir nada, mientras que el
niño tragó saliva.
-Ustedes dos
vallan por el niño... Ustedes –dijo, y señalando a otro grupo de tres prosiguió-ayúdenme
con el de pelo gris, el resto al colorado.
-Mmm... no
tenemos los MEDEs encima... -pensó Ido
-Ven niño, no
te haremos nada.
El niño comenzó a ascender en sentido
contrario al que se hallaban sus perseguidores, levantando a su vez pedazos de
tierra y piedras que se encontraban en el suelo y lanzándoselos a los últimos,
quienes anonadados lo miraban sin saber cómo era que flotaba.
-Ese no es un
simple chico, ¡cúbranse! -gritó un anulador luego de recibir unas de las tantas
piedras que se dirigían hacia él.
- ¡Buena idea
Franki! -Su compañero lo imitó elevándose sobre una piedra y usando otras como
proyectiles.
-Qué
remedio... -el maestro había sido rodeado. -Me trae recuerdos -dijo sacando un
pergamino e invocando una gran bestia de cuatro metros de largo - ¡Sal Atasu!
Esto llamó la atención de todos.
-Será ¿Jimdrill?...
No lo creo... -Dudó Franki.
- ¡Es el
hermano mayor! -respondió su maestro, mientras la gran invocación irrumpía el
suelo.
- ¿Qué fue
e..?
Un terremoto hizo eco en el lugar, seguido de
una insegura calma.
- ¡Agrúpense!
Los anuladores hicieron caso a su jefe,
mirando hacia todos lados sin entender lo que sucedía, pero sólo empeoró el
momento dado que el animal irrumpió por debajo de ellos enterrando a su paso a
varios de los hostigadores.
El jefe despertó luego de estar unos segundos
inconsciente, gracias a la aparición de una extraña mujer, dándose cuenta de
que tenía la mitad del cuerpo enterrado y que se encontraba a unos cuantos
metros de donde sucedía la batalla.
- ¿Quién eres?
Mátame de una vez, esta es suficiente humillación.
- ¿Quieres
atrapar a esos magos verdad? -La chica lo observaba con una enorme sonrisa. -Si
me ayudas, entonces te sacaré de ahí.
-Mmm... ¿Cuál
es el truco?
-Ninguno, solo
quiero algo que ellos tienen.
-Está bien...
pero sus cabezas vienen conmigo.
-Sostente
fuerte…
Para sorpresa del arrogante anulador, la chica
que no aparentaba más de 20 años, tras un delicado tirón, y sin mucho esfuerzo
logró su cometido.
-Gracias, pero
de todas formas debemos darnos prisa, no pienso compartirlos con nadie más.
- ¿Piensas que
podrás tu solo? -Se reía en tono burlón.
- ¿¿A qué te
refieres?? -El hombre comenzaba a perder la paciencia. - ¡Solo acércate y mira
por ti mismo!
El anulador siguió el consejo con mal gusto,
observando el panorama, y dándose cuenta de que ninguno de sus súbditos quedaba
en pie. Los anuladores no habían presentado dificultad para Marrow y Sarim, quienes,
con algo de agilidad, y usando los mangos de sus armas, los habían dejado
dormidos, dado que los opresores quedaron sorprendidos al ver que sus redes no
hacían ningún efecto sobre ellos. Los aprendices habían atacado a distancia apedreándolos
y la bestia pareció divertirse como si de un juego se tratase antes de ser des
invocada.
-No voy a
decir nada... Espera, ¿El golpe me ha afectado la cabeza?
Una segunda mujer, igual a la que lo había
ayudado, salió de las sombras, con la diferencia de que esta se mostraba
impaciente.
Mientras
tanto, el grupo se reunía.
- Ahora te
entiendo Sarim, al ser anuladores solo saben tratar contra magos, aunque mucho
no pudieron hacer...
-No nos
tranquilicemos, de todas formas, escucharon a ese tipo, van a venir más. Dazu,
¿pudieron dar con algo de información?
-Más que
eso... dimos con el libro -respondió mostrándolo.
- ¿Y qué es lo
que dice?
-Es más
confuso de lo que esperaba... son coordenadas...
- Fácil, habla
de un lugar.
-Es más que
eso Sarim, habla de muchos lugares...
-Chicos,
siento arruinar este agradable momento, pero como dijo Sarim, creo que ese
tumulto de personas que vienen por allá no nos regalaran nada, y no parece que
sean solo los anuladores...
-Ido, esa es
la Guardia... estaremos en un problema si no nos vamos pronto- respondió el
guerrero a este. -Sarim, ¿desde cuándo los anuladores son tan amables con la
guardia?
-No lo sé
Dazu, pero parece que no fueron ustedes los que llamaron la atención desde un
principio...
- ¿Se llevan
mal?
-No Marrow,
pero los anuladores se hicieron fama de egoístas... Dazu, tenemos que irnos lo
antes posible.
- ¿Se puede
saber hacia dónde?
Todos se
sorprendieron de la pregunta, la cual venía de una de las gemelas que se
encontraban a unos metros en dirección opuesta a la cual venían las tropas.
- ¡Parece que
los acorralamos Sunny! -Dijo entusiasmada una de ellas.
-Aja...
-respondió ésta con pocas ganas.
-Lo siento,
estamos apurados. -comentó con seriedad Dazu.
-A nosotras
nos da igual, mientras nos entreguen lo que llevan ahí...
-No tenemos
tiempo para juegos -refutó el mago.
- Parece que
se lo quitaremos por la fuerza... Moony, ya sabes.
La chica sonrió aún más al recibir la orden y
avanzó a gran velocidad, lo que llamó la atención de todos. En un instante
estaba encima del mago, en lo que éste, sin poder reaccionar ante tal
velocidad, estuvo a punto de perder el libro. Sarim fue el único que, con
destreza, se adelantó a éste hecho, bloqueando, aunque sin intenciones de
cortar, la mano de la chica, quien, de un salto hacia atrás, se repuso a pocos
metros de donde se encontraban, junto a su hermana.
- ¡Lo quieren poner difícil hermanita!
-...
Ambas sacaron un par de dagas, y en posición
agresiva, se dispusieron a atacar nuevamente, esta vez juntas.
- ¡Franki,
sube! -Dazu dio la orden y acto seguido lanzó el libro, en lo que el niño se
elevó a gran velocidad atrapando el objeto.
-Oh no, no lo
vas a lograr.
Una de las chicas se adelantó y frenó agachándose
frente a la otra para impulsarla en un salto, en el cual por muy poco logró, la
otra, tocar al chico, pero sin obtener resultados.
- ¡Maldito
enano!
-Tranquilízate
Moony, en algún momento tendrá que bajar.
- ¡No bajes
por nada del mundo!
-Si lo quieren
poner difícil, no vamos a ceder. De todas formas, los que no tienen tiempo son
ustedes.
-Uhh... -El
mago tragó saliva tras darse cuenta de que los soldados se encontraban ya a
pocas cuadras, y tras agachar la cabeza, habló. -Franki, cuida el libro. Ido,
lleva contigo a Marrow.
-Pero Dazu...
-Hazle caso
Marrow, nosotros nos encargaremos de distraerl…
Una extraña sensación se hizo presente en cada
uno de los presentes, notándose incluso a la distancia en que se encontraban
los refuerzos. Se podía ver como un pequeño tornado crecía sin razón aparente,
lo que cambió el estado de ánimo de la mayoría en un santiamén, tanto para bien
en algunos, como para mal en otros.
-Franki, Ido,
Marrow, sé que podrán descifrar las coordenadas, escapen mientras pueden, les
prometo que los alcanzaremos -Un aura de confianza crecía en Dazu al decir
estas palabras.
-... -A
ninguno de los tres aprendices le salía una palabra luego de lo dicho, dado que
la situación no lo ameritaba.
- ¿Qué están
esperando? Ya escucharon a Dazu,
¡vallan!
- ¡Qué
lindo!¡Una despedida! Una lástima que vallan a morir -Interrumpió Moony.
-No te dejaré
-Dijo Sarim interponiéndose en su camino.
- ¡Hmp!
- ¿Me podrás
hacer frente... Invocador? -Preguntó con seriedad Sunny, a lo que el último no
respondió nada.
Ido, acompañado de Marrow sobre una enorme
piedra, se elevaban alejándose de lugar, llamando la atención del niño, quien
con una cara de amargura trataba de dejar atrás el lugar donde su maestro
comenzaría una batalla.
-Estarán bien
Franki, ellos saben lo que hacen -alentó el pelirrojo.
- Aja…
-Será mejor
que nos alejemos, parece que un fuerte viento quiere provocar un tornado o algo
por el estilo...
- Así parece
Marrow, será mejor que nos sigas de cerca Franki.
- Esta bien...
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