Jimó - Capítulo 6

Capítulo 6

- ¡Niño! ¿Has visto algo inusual por aquí?
-No ¿Por? ¿Quiénes son ustedes? –dijo Franki, quien se había quedado solo mientras Sarím movilizaba a los iniciados y a sus aprendices.
-Con que tú no eres solo un niño… Vas a tener que venir con nosotros.
- ¿Y si no quiero…? -El niño sacó el muñeco del bolsillo y lo arrojó frente de los 4 anuladores montados sobre avelarios, bestias características de los propios, que lo querían apresar.
-No me digas que un MEDE, no me hagas reír…
-No es solo un MEDE, es el más grande que podrán ver en toda su vida- dijo Dazu, quien de un salto bajó de la planta donde se encontraba a pasos de ellos- Creo que me buscan a mí en realidad, también quiero divertirme.
-Con que el famoso Dazu es el responsable de todo esto, ¡y me parece que tiene un aprendiz! No creí que fueras a ser de esos, no según tu expediente.
-Jeje, y que aprendiz- en lo que el MEDE comenzó a crecer hasta alcanzar los 3 metros de altura.
 Los anuladores sorprendidos agarraron sus redes, pero uno, antes de esto fue interceptado por el muñeco gigante, quien no parecía tenerles mucha simpatía. Otros dos le tiraron las redes enzima al MEDE y a su amigo.
- ¡Es muy rápido!
- ¡Estúpidos! ¿Qué hacen?
-Lo siento, tenemos que anularlo, no te preocupes- dijo uno de los dos dirigiéndose al niño.
 Un poco de corriente comenzó a correr por las redes, en lo que el MEDE perdió altura, pero no tanta como para quitarse a los anuladores de encima.
-Yo me encargaré de Dazu, no tendrían que tener problemas con un niño- dijo el jefe de la banda corriendo hacia el mago con una red entre su mano derecha.
- ¡Hora de la diversión! ¡Franki, te recomiendo que toques a tu MEDE con tus manos para que vuelva a recobrar un poco de altura, el solo te va a hacer caso a ti!
- ¡Perfecto! ¡Ven aquí! - en lo que el MEDE al librarse de la red, fue a buscar al niño tan veloz como el viento y lo cargó en su hombro.
 Dazu vio acercarse al jefe de los anuladores a toda velocidad cuando al sacar un pergamino del bolsillo y señalando a la bestia del oponente con su otra mano, ésta se detuvo por un momento. Dudó hasta que su dueño la hizo reaccionar y cargó nuevamente contra el mago, pero ya era tarde, una especie de espada que tenía el anulador cobró vida propia y comenzó a pegarle al avelario, sacando chispas contra la armadura de la bestia en cada golpe. La red envolvió al atacante y al llegar el animal frente a él, ambos cayeron inconscientes casi sin saber que les había ocurrido. Dazu rio y luego abrió un bolso que traía el anti mago en busca de identificación, era un grupo de principiantes que al parecer no sabían usar del todo las armas que tenían.
 Miró hacia su aprendiz que acababa de dejar inconscientes a los demás opresores de una forma parecida.
-Bien hecho, parece que no tuviste problemas- dijo el mago sonriendo
-Miré un poco lo que hacías mientras nos intentaban seguir y luego le dije al MEDE que le quitara las redes y las use a nuestro favor… ¿Qué hacemos con ellos?
-Por lo pronto llamemos a los demás, quizá a Sarím se le ocurra algo.

 No se encontraban muy lejos cuando se encontraron. También estaba el anciano, quien de mala cara no soltó una palabra.
-Así que el pequeño se encargó de tres él solo… Bien hecho Dazu, si los dejamos aquí podrán sospechar… Podríamos mandarlos a la ciudad…
-Pero sería peor… Todo el gremio de anuladores sabría dónde encontrarnos y que además hay un nuevo mago y más poderoso que yo Sarím…
-Entiendo… Pero se me ocurre algo más… ¿Todavía puedes usar el pergamino con el animal no? ¿Y esas redes hasta qué punto funcionan?
-Ya entiendo… Si, para cuando regresen no recordaran nada de los que les ha pasado, podría usar un truquillo mental para que recuerden otra cosa y con suerte no los volveremos a ver…
 Mientras Dazu y Sarím hablaban, el anciano observaba a Franki acompañado de Marrow y se les acercó.
- ¿Te encuentras bien pequeño?
- ¡Sí! ¡Mejor que nunca!
-Está bien…
- ¿Pasa algo? - entró Marrow en la conversación.
-Nada, es que comienzo a desconfiar en estos dos…
-Están haciendo mucho por nosotros- le respondió Marrow.
-El saqueo dejó muchas bajas en la aldea, no quisiera hallan más de las que ya hay. Aún si ustedes la pueden reconstruir dudo que mucha gente quiera venir a vivir…
-Con más razón- Nuevamente Marrow- gracias a ellos sabemos cómo defendernos, además, Sarím me contó sobre torres tan altas como el cielo que hay en las ciudades para avisar sobre la gente que ronda el territorio, y ya vio como Franki nos pudo avisar en unos pocos segundos gracias a su MEDE
-Con que tú has sido el responsable de semejante bestialidad… Que pequeño es el mundo…
- ¿Por qué lo dices? - volvió Franki a la conversación- ¿Y por qué hablas tan mal de los magos?
-No tengo nada contra ti pequeño… Es que hace muchos años tuve amigos magos, o al menos por un tiempo fueron mis amigos…
-…- Ambos quedaron en silencio.
-Pues bien, no es una historia que quieran escuchar ahora… Quizá algún día se las cuente, mientras tanto averigüen si planearon algo sus amigos… Me gustaría estar al tanto- Salió caminando.
 Franki y Marrow se miraron, acto seguido se acercaron a sus maestros. Ya tenían todo preparado, los enviarían inconscientes sobre las mismas bestias en las cuales habían llegado, una vez en el gremio, los avelarios tendrían conciencia propia y los anuladores quedarían a su voluntad.
 Esa misma tarde pusieron en marcha el plan y luego los demás iniciados hicieron que sus MEDEs pelearan entre ellos para ponerlos a prueba. No querían ser menos frente a un niño, pero se calmaron al recibir una charla de parte de Dazu.
-Señores, no es que ustedes sean malos magos, es más, sus MEDEs son unos de los mejores tamaños para ser iniciados. Yo mismo me he sorprendido por Franki… Por si no lo saben, su MEDE es mucho más grande que el mío, su caso es especial, es uno en un millón. Su crecimiento va a ser más difícil que el de ustedes, así que les pido ayuda de parte de todos para no tener peleas. Ya vieron que los únicos enemigos son los anuladores. Por suerte estaban muy mal preparados, pero puede que la próxima que vez un paso en falso les cueste la vida… Nos vemos en la cena, y mañana no olviden sus MEDEs, los vamos a necesitar.
 Esa noche cenaron nuevamente todos juntos, ya era la costumbre, los días cálidos del verano habían comenzado no hace mucho y eran perfectos para comer fuera. Las luciérnagas ayudaban en la iluminación en las afueras de la aldea. Esta vez se les había sumado el anciano, quien normalmente comía solo en la habitación en la que antes convivían los 7 sabios.
-He terminado los papeles de la aldea… ¿Me puedo sumar…?
- ¡Por supuesto, tome un plato y acérquese! - recibió Sarím al sabio.
-Por cierto… Necesitaría una ayuda en unas semanas, tengo que llevar los papeles que he terminado de hacer… Si no les importa, ¿Me podrían acompañar?
-Con gusto- dijo Dazu- Si mis cálculos no fallan tardaremos unos 5 días en llegar.
-Gracias, supongo que si salimos en 2 semanas estaremos bien…
-Disculpe…-Interrumpió Marrow- ¿Podría ir también? Quisiera averiguar todo lo posible sobre… La daga…
-Es buena idea, con gusto te ayudaré- Lo apoyó Sarím.
- ¿Podría llevar a Franki? - refutó Dazu.
-…- el sabio se lo pensó unos segundos- Está bien… Supongo que si somos muchos podremos defendernos mejor…
-Si no les molesta… ¿Puedo ir también? - dijo Ido, el iniciado que había tenido el MEDE más pequeño- Es que me gustaría tener un entrenamiento intensivo… Si no te molesta Dazu- el mago asintió.
-Está bien… Iremos los 6…- dijo el anciano con un gesto de cansancio, luego fueron por comida.

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