Capítulo 8
Un nuevo día
comenzaba cuando los campesinos iban a sus respectivas colinas. Era un día
nublado en el que no tardó en empezar a lloviznar. Los aprendices del guerrero
entrenaban tan duro como siempre, felices porque hace mucho tiempo que no
ocurría. Los campos lo necesitaban y no habían podido hacer nada por
remediarlo, no por el momento. No había lagos ni arroyos a días de distancia,
solo un río a la mitad de viaje a Piedra del Alma.
Los iniciados
estuvieron un buen rato también bajo la llovizna tranquila, según Dazu ayudaba
a la concentración. No tardó en largarse una lluvia más fuerte cuando el mago y
los iniciados se dirigieron hacia el granero principal.
-Bien hecho,
sino para la lluvia o al menos si no se tranquiliza el tiempo, tendremos que
suspender lo de la levitación… pero no se preocupen, por el momento les
enseñaré un par de pergaminos, su uso y sus consecuencias también en caso de
tenerlas… Deben recordar el de la curación supongo…
Los aprendices del guerrero corrían sus
kilómetros diarios con la lluvia pegándole en sus rostros. Marrow con fatiga
superaba el peso extra, pero esta vez era diferente, estaba mojado y pesaba
más, pero por ninguna razón se quitaba las zapatillas, siquiera para dormir,
pero con agua se sentían diferentes.
Los días pasaban y la lluvia no cesó por
cuatro días. Para ese entonces los futuros guerreros no se hacían problema por
ella, las armas de entrenamiento se veían hinchadas por la humedad. No
entrenaban con los MEDEs, solo los iban a utilizar para el momento en el que el
viaje se realizara. Cada uno sabía qué es lo que tenía que hacer en tal caso,
se habían dividido en grupos de dos para hacer entrenamientos entre ellos, cada
uno tenía un compañero de su mismo nivel y un nivel fijo del MEDE sin
interrumpir los kilómetros.
Los iniciados en cambio habían aprendido un
par de conjuros, en lo que a uno de ellos se le ocurrió la idea de usar el
hechizo del agua para abastecer los campos.
- ¡Eres
brillante! Algo que me olvidé de decirles es que, aunque los hechizos de
pergamino no utilicen parte de su poder, estos ayudan en su crecimiento. Puede
que este sea un buen entrenamiento para cuando no estemos, además de la
concentración claro- ambos iniciados asintieron con seguridad- eso sí, no
llamen la atención, ya lo saben, no han aparecido anuladores últimamente pero
tampoco queremos llamar la atención otra vez.
- ¡No te
preocupes! Nos encargaremos de eso.
-Ahh, y otra
cosa más. Usar muchas veces el mismo hechizo no les va a ayudar en nada, al
inicio sí, pero con el tiempo la “experiencia” que adquieran irá disminuyendo
progresivamente.
-Está bien,
¿pero que otro hechizo podemos usar? Las bolas de fuego son llamativas y los
tornados no nos van a ayudar en nada tampoco…
-Mmm… Hay un
hechizo… Pero no es de pergamino…
- ¿Nos llevará
mucho tiempo?
-No Franki,
pero tendremos que posponer la levitación…
- ¿De qué se
trata? - preguntó Ido
-Para que lo
entiendan, se lo puede llamar movimiento de masas. Prácticamente es como la
levitación, pero aplicado a otros objetos. También es diferente también al encantamiento
de estos.
-Entiendo-dijo
otro de los iniciados.
- ¿Pero no
podríamos aprender eso para hacernos levitar a nosotros mismos?
-Bien pensado
pequeño, pero esta clase de levitación se aplica a cuerpos sin vida…
-…-
-No te
preocupes, ya podrás volar, pero primero hagamos eso que por suerte si da
experiencia.
-Bueno…
Los días pasaron y los iniciados ya tenían un
conocimiento básico del hechizo, habían hecho nuevos canteros cerca de la aldea
para practicar y de la misma forma habían plantado semillas. Dedicaban gran
parte de su tiempo a ello, y cuando no, trabajaban en la levitación.
Dos días antes del viaje, los cinco que
acompañarían al Sabio dejaron sus ocupaciones para prepararse, Marrow que había
trabajado en una herrería hacía ya mucho tiempo, cuando era pequeño, armó un
par de corazas de acero para proteger el torso de sus acompañantes.
-Deja ya eso,
no lo vamos a necesitar y hará más cansador el viaje por el peso que llevas-
dijo el anciano en la ocasión, palabras que repercutieron en la cabeza del
campesino.
-Con que más
peso…
Para la tarde antes de partir se había hecho
con una armadura bastante resistente y con un peso importante,
- ¿Cuánto
pides por ella? Se ve muy bien y parece tener buena calidad.
-Gracias
Sarím, si quieres cuando regresemos forjo una a tu gusto.
Estaría
encantado.
- ¿Nosotros no
necesitaríamos algún tipo de armadura Dazu? - le preguntó el niño a su maestro.
-En el viaje
les voy a enseñar un hechizo para que vean a las armaduras como objetos
inútiles.
-Bueno ya es
tarde, mañana saldremos temprano así que, a descansar, avisaré al Sabio- dijo
Sarím y se alejó.
Franki se despertó en medio de la noche, los
gritos de Ido no lo dejaban dormir, vivía cerca y al parecer, volvía a tener
pesadillas.
- ¡No puede
ser posible! ¿Quién eres? No puedes ser…
- ¡Despierta
Ido!
- ¿¡Ehh!?
¿Franki? ¿Qué pasó…?
- ¿Tuviste
otra pesadilla?
-…
-Dime que pasó
al menos, ¿Es la misma de la ves pasada?
-… Puede que
sí, pero no recuerdo nada…- la cara de preocupación crecía en Ido.
-Descansa,
mañana saldremos temprano por lo que dijeron…
-Está bien, tú
también…
Los maestros, el anciano y Marrow esperaban en
la entrada de la aldea cuando aparecieron Ido y Franki.
-No me digas
que…
-Si Dazu, otra
vez- respondió Franki
- ¿Está
pasando algo y no me lo cuentan? - dijo el sabio un poco molesto.
-En marcha
señores que ya es tarde- los apuró Sarím.
Sin decir una palabra más, comenzaron a
caminar hacia el norte en dirección a Piedra del Alma, la ciudad más cercana a
la aldea, y a su vez, una de las más importantes por sus antecedentes referidos
a magos, a pesar de que, en el presente, la magia estaba prohibida allí.
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