Capítulo 7
El
entrenamiento de los guerreros había comenzado hacía ya más de media hora para
cuando el mago apareció en la colina de iniciación acompañado de Ido. Nadie
dijo nada, el pequeño Franki se había dormido sobre la roca esperando abrazado
a su muñeco, los otros dos estaban haciendo pelear a sus MEDEs.
-Me… Me quedé
dormido… ¿Qué paso…?
-Nada Franki,
no te preocupes… A Ido le han dado pesadillas y lo encontré durmiendo en el
granero principal… ¡Comencemos! Los han traído por lo que veo, por ahora
guárdenlos. Primero nos concentraremos en otra cosa, pero servirán más tarde.
- ¿Puedo
descansar un poco Dazu…?
- ¿Así querías
hacer un entrenamiento intensivo? - rió Dazu- Tratemos de comenzar lo antes
posible y en un par de horas descansaremos un rato.
-Está bien…-
dijo Ido con pocas ganas.
- ¿Qué vamos a
hacer? - preguntó hiperactivo Franki
- ¡Así me
gusta! ¡Ese es el ánimo que necesitamos! Les voy a enseñar algo que hace un par
de años se prohibió hacer en público, y por eso no lo hice todo este tiempo.
Antes de decírselos les quiero explicar que hacerlo les quita un 5% del poder
por el momento en que lo hagan, pero sirve para concentrar su poder y llevarlo
a un estado más… Puro por así decirlo. En caso de tenerlo dominado en un futuro
y sentirse mal al usarlo en un encuentro de cualquier tipo que sea solo dejen
de hacerlo…
-No digas
que…- interrumpió uno delos iniciados
-Volar bajo,
levitar, flotar, llámenlo como les guste.
Franki quedó estupefacto por unos segundos
después de escuchar estas palabras, y con los ojos brillosos comenzó a correr
alrededor de Dazu.
- ¿¡Qué
tenemos que hacer Dazu!? ¡¡Dinos ya, por favor, quiero volar!!
-Calma, lo
primero que tienes que hacer es calmarte chico- Franki dejó de correr y volvió
a subirse a la roca- ahora concéntrense, cada uno en su lugar, sentados y con
los ojos cerrados. Pongan su mente en blanco y por ahora piensen en cosas
livianas, nubes, plumas, un ave volando si quieren, lo que le venga a la mente.
Todos hicieron caso al mago, Franki sobre la
roca y los demás sobre el pasto.
-Por cierto-
interrumpió el mago- esto no va a ser cuestión de horas, lleva sus días, así
que no se pongan mal por no lograrlo rápido. Es un entrenamiento avanzado per
los veo capaces de hacerlo.
-Dazu… ¿Cuánto
tiempo tardaste? - Preguntó Ido- Solo por referencia…
-Logré levitar
dos centímetros al cuarto día… Después de eso perdí la concentración al saber
que lo estaba logrando y caí.
-…-
-Bien,
comiencen.
-Marrow, aquí
te traje algo que te podría servir… Son zapatillas con un peso extra, están un
poco viejas, pero al correr con ellas te harás más ágil con el tiempo. Intenta
saltar también, ganaras altura, no mucha, pero la suficiente.
-Gracias
Sarím.
-No hay de
que, apresúrate que tus compañeros te están dejando atrás.
Los aprendices del guerrero estaban en su
recorrido diario, doce vueltas alrededor de la aldea que aumentaban según
pasaban los días, cuando un misterioso hombre encapuchado apareció
sigilosamente cerca del guerrero cuando los campesinos habían desaparecido.
-Maestro…
-Sarím, no
puedo estar por mucho tiempo. Tendría que hablarte de algo que pasó, pero no es
el momento, sigue entrenándolos.
-Ya me
preocupaba que no aparecieran, está bien, al menos se de tu paradero.
-En un par de
semanas viajaran a Piedra del Alma, ¿verdad?
-Si… pero ¿¿cómo
sabes…??
-Eso no
importa ahora, nos veremos en la taberna, se cauteloso y que nadie te siga.
Dazu también será contactado, pero será mejor que no hablen de ello.
-Está bien…
Nos veremos entonces…
Sin decir una palabra más, el encapuchado
desapareció tan rápido como un haz de luz, dejando con muchas dudas a Sarím
-Dazu, me
estoy durmiendo- murmuró Franki- ¿no hay alguna forma de acelerar esto?
- ¡Por supuesto!
- la cara del niño se ilumino, pero no por mucho –Cerrando el pico y
concentrándote, tienes que esforzarte un poco al menos…
-Pero me
aburro…
-Pero quieres
volar ¿no es así?
-Está bien-
dijo el niño de mala gana y siguió, mientras sus compañeros veían de reojo como
lo habían regañado.
Un ronquido se hizo lugar entre los iniciados.
- ¡Esta ves yo
no tengo la culpa! - gritó el niño.
-Está bien,
descansemos, ¡pero si quieren lograrlo lo antes posible estaremos toda la
tarde!
- ¿¡Eh!? ¿Qué pasó?
- Ido se acababa de despertar por los gritos de sus compañeros, acto seguido,
se volvió a dormir.
Dazu golpeó su palma contra su cara y salió
caminando hacia la aldea. Los iniciados viendo cómo se alejaba el mago, se
tiraron al suelo y dispusieron a descansar.
Había pasado una hora cuando Franki abrió los
ojos para ver como el mago se acercaba hacia ellos. Como era ya costumbre sacó
un pergamino de uno de sus cuantos bolsillos ocultos para leer para sus
adentros lo que decía y recordar.
-No lo
recordaba tan así… pues bien.
- ¿Qué es eso
Dazu?
-Ven, te
enseñaré algo.
Los demás seguían durmiendo plácidamente.
-Repite bien
lo que voy a decir.
El mago guardó el pergamino
-Pon tus manos
hacia delante y repite las palabras conmigo.
Al hacer lo que dijo el mago, una corriente de
agua salió de la nada mojando a los 3 aldeanos dormidos.
- ¿Qué fue eso?
- dijo uno de ellos
-Despierten
que tenemos que seguir el entrenamiento.
- ¿Hacía falta
usar agua…?
-Por supuesto
Ido, nada mejor que un poco de agua.
Franki callado todavía no creía lo que había
hecho.
-No le enseñé
nada nuevo al chico así que no se preocupen. Estos pergaminos tienen conjuros y
hechizos fijos que no dependen del poder de cada uno a diferencia de técnicas
avanzadas como lo es la levitación. Si se concentran por un par de horas en la
levitación prometo enseñarles un par de pergaminos. El agua es sencilla así que
podrán aprenderlo enseguida ya que no hace falta tener el papel para su
invocación, pero hay algunos complejos que sí… Bueno, tienen trabajo que hacer,
¡en marcha!
Los iniciados se miraron entre sí, asintieron
con la cabeza y se dispusieron a meditar. El mago observó que Franki no había
ocupado la roca, sonrió y se subió en ella.
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