sábado, 4 de enero de 2020

Jimó - Parte 1.18


Capítulo 18

 Alejándose lentamente por el cielo, al niño le caían lágrimas de los ojos, pero sin largar llanto alguno. Trataba de ser fuerte en una condición que los otros dos también comprendían. Haber abandonado a sus maestros, a pesar de éstos estar confiados no generaba otra cosa que tristeza en ellos.
- ¿Volveremos a la aldea...?
-No lo creo, debemos quedarnos cerca, ¿no confían en sus maestros? -alegó el pelirrojo -Además, si Dazu tenía escondida a semejante bestia, seguro tienen algún as bajo la manga.
- ¡Es verdad! -se alegró Franki.
- Está decidido entonces...
 Tras decir estas palabras el guerrero, comenzó a sentirse adormecido, la vista se le nublaba y poco a poco perdió el conocimiento. Puesto que iba sobre la misma piedra que llevaba a Ido, no tardó en perder el equilibrio y caer de ella, lo que hizo reaccionar a ambos magos. Marrow caía desde gran altura, pero lograron atraparlo antes de que tocara el suelo, en lo que decidieron descansar. Descendieron finalmente esperando a unas cuantas cuadras del lugar donde sucedía la pelea.
-Cuánto pesa -se quejó Ido.
- ¿Pero que le sucedió?
-No tengo idea...
 En lo que también, tras decir esto, se desmayó. La desesperación del niño se hizo presente, sacudiendo a sus compañeros tratando de despertarlos, pero fue en vano, y, en menos de lo que pudo pensar, su vista comenzó a nublar.
Sacudió su cabeza en plan de no dormirse, lo que al parecer funcionó, e intentó por segunda vez despertar a Ido y Marrow.
- ¿Qué sucedió? -preguntó somnoliento Marrow.
-Ayúdame a despertar a Ido. Parece que alguien nos quiso dormir... Tal vez fue un encantamiento o hipnosis, como lo que hizo Dazu a los anuladores y sus animales hace un tiempo.
-Entiendo... Mmm... No hay caso, lo cargaré y nos acercaremos hacia ellos para ver -dijo señalando.
-Mmm...
- ¿Qué pasa Franki?
-Creo que es peligroso... Si nos dormimos...
-Claro... Estaríamos expuestos... Pero ¿Y qué hay de ellos...?
- ¿¡Qué tenemos por aquí!? -dijo un anti mago montado en uno de sus característicos animales.
 El asombro se hizo presente en ambos, dado que, al buscar la espada, Marrow, notó que ya no la tenía consigo. Durante la caída, debía de haberla perdido, cayendo en un lugar completamente distinto al que se encontraban.
-Tsk...
- ¡Lamento interrumpirlos! ¿Que buscas con tanta desesperación?
El anti mago ya había notado la situación, tiró una red sobre el niño evitando al mismo tiempo a su acompañante, quien intentando detenerlo, se había arrojado sobre él, finalizando con un golpe sobre su cabeza.

- ¡NOOOO! -gritó Franki alterado, despertando de un profundo sueño.
-Veo que despertó. - murmuró Ido - ¿Una pesadilla?
El niño observó su alrededor atónito, estaba amaneciendo en el oasis en el que se encontraban. Un vasto desierto rodeaba el lugar, poca vegetación y augurios de soledad se hacían presentes.
- ¿Qué fue lo que sucedió?
-No lo sé Franki, según Ido, puede que fuera hipnosis, pero no cree que algo tan fuerte lo haya hecho Dazu.
-Pienso lo mismo...
- ¿Eh...? ¿A qué te refieres?
-Dazu es fuerte, parece que sabe sobre todos los tipos de magia, es más, cierta ves nos comentó sobre ellas. Y justamente por eso es que nunca se especializó en una en específico...
-Suena a algo un poco complicado...
-Es menos difícil de lo que piensas Marrow -se interpuso Ido- pero no pensé que llegaría a tener un az bajo la manga como esa invocación.
-Y crees que ese es su límite...
 El silencio se hizo presente, al igual que la angustia. Comenzaron a caminar.
 La temperatura comenzaba a elevarse a un ritmo acelerado, una a la cual el grupo no estaba tan acostumbrado. Los páramos arenosos parecían no tener fin, dunas aparecían detrás de otras de manera interminable. Caminaban siempre perpendicular a la trayectoria que describía el sol, forma que había sugerido el guerrero para no extraviarse o caminar en círculos dado a la monotonía del lugar.
 El sol había pasado ya por su etapa más elevada, cuando encontraron lo más cercano a lo que se puede llamar civilización, una posada rodeada de unas pocas palmeras, un aljibe del cual raramente se podría obtener agua, un carro de mano, y un poco más alejado, pero no desprovisto de palmeras, un puesto donde al parecer, en algún momento, un hombre proporcionaba transporte. Pensaron que quizá el asoleamiento les había jugado una mala pasada, a pesar de haber estados hidratados gracias al conjuro de agua.
 El estómago le sonaba al pequeño, aunque no era el único que tenía hambre, por lo que decidieron entrar. Un gran letrero se alzaba a la vista, "Taberna Encantada", el cual llamó la atención del guerrero, y éste preguntó por él a sus acompañantes, quienes no supieron que responder.
- No tengo idea de que significa.
-Mmm...
-Larson, parece que tienes visitas -dijo un hombre que estaba sentado en la barra del local sin siquiera ver hacia atrás. Llevaba un tapado que le cubría el cuerpo y un sombrero en forma de copa, su largo pelo le tapaba la mayor parte del rostro, pero dejaba al descubierto un palo de madera con forma de sorbete que al parecer salía de su boca.
 Otro hombre, al parecer un poco más joven que el anterior, apareció atravesando el dintel de la puerta que se encontraba pasando la barra. Agachó la cabeza al pasar, no porque fuera alto, sino porque el vano no superaba su estatura, y se dirigió a sus visitantes con un tono amigable mientras repasaba una copa con un trapo.
- ¿En qué les puedo ayudar? No los he visto antes por aquí.
- ¿Dónde es exactamente aquí? -Ido tomó la iniciativa del grupo -Estamos perdidos, venimos caminando por el desierto y no sabemos cómo volver a Piedra del Alma...
- ¿Piedra del Alma? ¿Cuánto tiempo llevan caminando?
-Puede que toda la noche, no lo sabemos con certeza...
-Una noche -se burló el hombre de la galera, acomodó con la boca el palo que traía consigo para que le entendieran mejor -Sino mal recuerdo la capital de Jimó está pasando el desierto, estarán cuanto menos a una semana, Larson, lléname el vaso.
-...
-De todas formas, pueden descansar aquí -dijo el posadero mientras cumpliendo la exigencia de su cliente - habrá sido un viaje cansador, no entiendo cómo es que perdieron la noción del tiempo, pero tampoco me importa. Por ser la primera vez que los veo por aquí les cobraré un arancel menor. Si les parece bien llamaré a alguien para que les muestre las habitaciones.
-Está bien... Gracias... -respondió Marrow.
-Ahh, por cierto, bienvenidos a Gracia.
 Una mujer los acompañó por un pasillo hasta llegar a una escalera. Tras un par de puertas, les dejó unas llaves y se retiró.
 El lugar era amplio, aunque muy sencillo, notaba objetos no muy caros, accesibles para cualquiera, pero no dejaban lugar a suciedad, como si hubieran limpiado justo antes de que llegaran.
 Estaba anocheciendo y se encontraban encerrados en la habitación, todavía estaban pensando cómo habían llegado tan lejos, dado que sus cuerpos no se encontraban fatigados, no presentaban signos de deshidratación ni algún trastorno alimenticio.
-No entiendo, tenemos todas nuestras pertenencias -dijo el pelirrojo mientras se tiraba en la cama.
- ¿Existe alguna forma de desaparecer de un lugar y aparecer en otro en un chasquido? - preguntó Marrow quien seguía parado, mirando el suelo.
- ¿Estarán bien?
-Son fuertes Franki, no te preocupes...
-Me preocupa otra cosa -respondió mientras se sentaba en una silla -Estuve pensando... ¿Habrá sido un encantamiento? Ya saben, Dazu usó uno hace tiempo...
- ¿Estás hablando de uno lo suficientemente fuerte como para traernos hasta aquí?
- Si...
-Ido tiene razón Franki, no creo que Dazu haya sido capaz de algo así... Y menos de usarlo en nosotros.
-Esperen...
Tras usar un hechizo, invocó una enorme caja, la cual contenía todo tipo de cosas útiles, y entre ellas, comida.
-Miré en el encantamiento mochila... Faltan raciones, y la cantidad corresponde a los días que dijo ese hombre raro... En todo caso, quien haya sido, lo hizo para sacarnos de ahí...
-Entiendo... Entonces, volveremos -afirmó decidido Marrow.
-Tendremos que reponer lo que falta, solo nos alcanzaría comida para la mitad del viaje...
-Por si no lo recuerdan, estamos a la mitad del desierto, y no creo que nos vendan tanta comida en este lugar.
-Respecto a eso Ido, el dueño habló de que hay una ciudad bastante grande a un par de días dirigiéndonos al sur, luego podríamos retomar camino hacia Piedra del Alma sumándole algún día más al viaje...
-Me parece bien -seguía serio -Franki, cambia esa cara de preocupación, me empiezas a frustrar.
-Está bien...
 -Mañana al amanecer partiremos entonces, será mejor que descansen.

 Todos yacían dormidos, la luz de la luna entraba por una ventana, ayudada por la escasa opacidad de una tela que la acompañaba. Animales e insectos de la región se hacían presentes con característicos sonidos, las hojas de las palmeras meciéndose levemente acompañado por el crujido de la madera. Ido se despertó a causa de una luz que le molestaba en la plena oscuridad de la noche, siendo el niño culpable de esta. Se encontraba leyendo el libro, o bien parecía tratar de descifrarlo, dado que su compañero se entretuvo observándolo por un buen tiempo, mientras que Franki deambulaba sobre la misma hoja, hasta notar su presencia.
- Vete a dormir, mañana ninguno de nosotros te cargará.
- Hay algo que me resulta familiar en estas hojas...
- ¿De qué hablas?
- ¿Te acuerdas de los diarios que leíamos?
- Si, pero ¿qué tiene que ver? - Siempre mostraban números, según Dazu correspondía al día en que había sido escrito... Esto parece lo mismo, pero por alguna razón tiene siempre algunas letras antes...
-Mmm... ¿Como cuáles?
-Mira...
-RS, PA, DD, DD, HD, DD... ¿Por qué lo repite tanto? Serán...
- ¿Lugares?
-Si...
- ¿Pero por qué tendrían fechas?
-Eso es lo que tampoco entiendo...
-Mmm... Será mejor que descanses, mañana será un largo día, quizá mientras camines pienses en algo.
-Bueno...
 El niño amagó a irse a dormir y una vez su amigo dormido volvió al libro.
 Al amanecer el niño se encontraba sobre el libro, al parecer se había dormido poco tiempo después de volver a él.
-Mmm... ¿sabes algo de esto? -dijo Marrow observando al niño que dormía plácidamente mientras dejaba caer un hilo de baba.
-Le advertí que se fuera a dormir, parece que hizo caso omiso.
-Bueno, lo cargaré un rato.
-Si no queda otra opción... Iré a pagar, no te olvides nada, nos vemos abajo.

 Minutos más tarde...

-Sigan ese sendero, está un poco gastado y la arena lo cubrió en su mayoría, pero no lo suficiente como para que alguien se pierda... Cada tanto verán algún paraje, son pequeños, pero son para todo aquel que lo necesite.
-Muchas gracias, por el clima parece que el viaje será agradable, veo que hay un par de nubes en esa dirección.
-Estas lejos de casa chico - interrumpió a Ido el viejo de la barra, quien apareció con un paso tranquilo.
- ¿Hmmm?
-Las tormentas del desierto suelen ser un poco mmm... como decirlo, ¿problemáticas? Sí, creo que sería la palabra más indicada...
-Pero no se preocupen, si llegan al primero para antes del mediodía, estarán más que bien... Parece que tendrás peso extra jajaja - Dijo Larson dirigiéndose a Marrow.
-No me hago problema por eso... Gracias.
 Ambos caminaron un buen trayecto, hasta notar que habían salido del campo de visión del segundo piso de "La Taberna Encantada". El problema se le presentó a Ido, cuando quiso levantar arena, dado que al ser un material diferente a las piedras que normalmente utilizaba no podía hacerla levitar de la misma manera. Luego de darse cuenta, el mago sonrió a causa de esta dificultad, tomándolo como un reto el cual en menos de lo que quiso darse cuenta ya había superado.
-Ahora es cuando se pone interesante jaja
- ¿A qué te refieres...? Ahh... la lluvia...
-Mmm...
Pensativo y concentrado, el colorado hacia lo posible para quitarse la lluvia de encima mientras movía el colchón de arena en el que iba montado. Al mismo tiempo, el guerrero cubría al niño que dormía sobre su espalda mientras iba a pie.
-Parece que lo logré... ¿Sigue dormido?
-Sí, debió estar un buen rato... No quería soltar ese libro esta mañana.
-Si seguimos a este ritmo, llegaremos a Horno Dorado y él no se habrá mosqueado.
-Bueno no me hago problema jajaja a mí me sirve.
 Poco tiempo antes de llegar al primer paraje comenzó a tronar, por lo que decidieron descansar un rato antes de seguir, esperando que pasaran la mayoría de las nubes más grises. Era un tinglado de madera sacada de las pocas palmeras que habrían rondado el lugar, cubierto con hojas de las mismas, abierto de uno de los lados, pero proporcionaba sombra y reparo del viento predominante del lugar cuando se necesitaba.
- ¿Dónde estamos?
-Por fin despiertas, pensamos que seguirías dormido hasta llegar a la ciudad.
-Es un pequeño paraje Franki, seguro escuchaste la tormenta. Pararemos hasta que pase y continuaremos, no falta mucho.
-Mmm… Bueno – luego de un gran bostezo prosiguió – ¿Qué hora es?
-No es mediodía aun, tuvimos que apurarnos, pero de todas formas llegamos temprano, el camino está marcado por el sendero así que no hay como perderse.
- ¿Llegaremos para el anochecer?
-Ahora que no tendrá que cargarte, creo que podremos llegar mucho antes.
-Hmmm… - El niño le devolvía una cara de enojo.
-Cálmense los…
-¿Qué te parece una carrera? – Interrumpió desafiando al pelirrojo.
- ¿A quién piensas que le puedes ganar?
-No me vendría mal a mí tampoco… Y es cierto que llegaríamos temprano, podríamos encontrar algún lugar para dormir más temprano.
 Tras decir esto, Marrow se dio cuenta que lo habían dejado atrás, Franki levitando, había salido a toda velocidad, mientras que Ido lo seguía un par de metros atrás, sin poder alcanzarlo. El guerrero echó a correr con todos los objetos que cargaba a una llamativa velocidad.
 Al tiempo había alcanzado al pelirrojo, quien había perdido de vista al niño hace poco tiempo, lo que llamó la atención de ambos. Gracias a esto, no tardaron en llegar al siguiente paraje en el cual se encontraba el niño solo, durmiendo en un rincón sobre el suelo.
-Otra vez dormido…
- ¿Se habrá cansado tan fácilmente?
-Lo dudo… Creo que tiene que ver con lo que dijo Dazu una vez, de que no hiciera eso…
- ¿Qué cosa?
-Ya sabes… Eso de levitar, Dazu no conocía a nadie que lo hiciese, o al menos eso nos contó.
-Bueno, lo cargaré nuevamente… El sol ya está cayendo.

 Llegaron sin contratiempos a la ciudad, consiguiendo un lugar para dormir y comer. El niño no despertó hasta la mañana siguiente, cosa que no extrañó a sus acompañantes.
- ¿Qué me sucedió? Llegué a lugar y de repente se me nubló la vista al tocar el suelo…
- ¿Recuerdas lo que te dijo Dazu?
- ¿Sobre qué…? – preguntó preocupado.
- Sobre levitar.
- Uhh…
-Estuviste haciendo caso omiso sobre eso, no sabes que puede llegar a pasarte…
-Lo siento… ¿Causé problemas?
-Por suerte no – se entrometió Marrow – Pero trata de evitar eso por el momento, o al menos no abuses de esa habilidad.
  El niño agachó la cabeza, y tras esto el colorado palmeó su cabeza.
-Vas a tener que practicar con la arena… No es nada fácil jajaja.
 Tras esto sonrió y comenzó a caminar, observando en la habitación en la que se encontraba un objeto que llamó su atención. Un diario que se encontraba sobre una mesita al lado de una vela que al parecer acompañaba la lectura en las noches. Tras echar un leve vistazo el niño se sorprendió.
-Iré a pagar las cuentas, no se peleen –dijo el guerrero saliendo de la habitación.
-Te diste cuenta ¿No es así?
-Ajá…
-Ese viejo tenía razón, ese diario es de ayer…
- “Diario de Horno Dorado, 24.05.010…”
-No podemos perder más tiempo.
-…
-Buscaremos alimentos para 8 días, con eso nos tendrá que alcanzar… ¿Pasa algo?
-No… Es solo que… Algo me resulta familiar, como si lo hubiera visto en algún lado…
-Déjalo, ya te acordarás en otro momento.
- ¿Interrumpo algo? No tarden.
- ¡Ya vamos!
-Si…
 Horno Dorado era llamativamente más grande de lo que era Piedra del Alma. Distritos y distritos ocupando grandes sectores de terreno interminable. Muchos edificios, pero no todos de gran altura. Por suerte los dueños de la posada los habían asesorado a la perfección, con un par de instrucciones para llegar al distrito comercial más cercano, en donde pudieron encontrar los víveres necesarios para el regreso. No tardaron mucho en dejar el lugar, y gracias a haber madrugado, para antes de que el sol llegase a su etapa más alta, habían comido y dejado la ciudad.
 Fue a media tarde cuando, por el medio del desierto, al grupo le llamó la atención un objeto que ya habían visto antes, pero esta vez se encontraba definitivamente más cerca. Podían observar una isla flotante sobre la cual se erigía un monolito de gran tamaño, de un material tan oscuro como una pupila.
-Franki, se lo que estás pensando.
-Me tendrán que seguir entonces – respondió con una sonrisa amenazante.
-Hmmm… Si no hay de otra… - dijo Ido con resignación – Agárrate fuerte – le habló a su compañero.
 El niño, que hasta el momento había estado caminando comenzó a elevarse de manera cada vez más rápida, seguido por sus compañeros hasta llegar a la no tan lejana isla. El monolito se alzaba imponente a unos cuantos metros, con sus bases cuadradas al parecer, en el centro de la isla. Solo una vasta llanura verde parecía acompañar la soledad del lugar, de no ser por unos viejos árboles que acompañaban la estructura.
- ¿Pero qué lugar es este…? –dijo el guerrero anonadado.
- ¡Miren miren!
- ¿Qué pasa?
- ¡Cerca de ese árbol, parece que hay una entrada!
-Hmmm… Más te vale no meternos en problemas… - se quejó en vos baja.
- ¿Qué? ¡Apúrense!
 Franki corrió a toda velocidad en dirección a un gran umbral que se alzaba en el monolito, llegando a percibir una leve luz a través de él.
- ¡Wow! ¡Es más grande de lo que se veía!
-Es enorme…
-Está bien Franki, pero ya, demos la vuelta.
- ¡Vallamos adentro! ¡Parece que hay luz!
-…
-Está bien pero no te alejes de nosotros.
 Comenzaron a caminar por un largo pasillo, el interior no describía nada, paredes lisas del mismo color que se veía en el exterior. Cada tanto se podían ver enormes pilares que llegaban hasta el techo, el cual era indescifrable por el solo hecho de que su color y la oscuridad del lugar se fundían en uno. El camino recto no parecía tener fin, mirando hacia atrás podían observar lo mismo que miraban hacia adelante, solo, al parecer, la luz del exterior.
 La desesperación comenzó a brotar en el pelirrojo, aunque sin decir una palabra dio a entender de qué quería correr para salir cuanto antes del lugar, lo cual parecía inútil, pero solo lo fue por un momento.
 La luz que se encontraba delante de ellos comenzó a crecer, lo que esperanzó e hizo calmarse a este último y hasta haciendo que se detengan para recobrar el aire. Lo que no llegaron a notar, fue que ésta siguió creciendo a pesar de que ellos no se movían envolviéndolos y segándolos al mismo tiempo, haciendo que perdieran la conciencia.

 Más tarde, en medio de un desierto, una tormenta de arena aparecía desde el horizonte. La leve brisa, acompañada de arena cálida golpeaba el rostro de Marrow haciendo que despertara.
-Parece que despertaste… ¿Me das una mano con Ido? Parece que lo que viene de aquel lado no es nada bueno…
- ¿Ehh...? - contestó el niño todavía un poco dormido - Sí claro…

Continuará…

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