domingo, 27 de octubre de 2019

Jimó - Parte 1.8


Capítulo 8

Un nuevo día comenzaba cuando los campesinos iban a sus respectivas colinas. Era un día nublado en el que no tardó en empezar a lloviznar. Los aprendices del guerrero entrenaban tan duro como siempre, felices porque hace mucho tiempo que no ocurría. Los campos lo necesitaban y no habían podido hacer nada por remediarlo, no por el momento. No había lagos ni arroyos a días de distancia, solo un río a la mitad de viaje a Piedra del Alma.
Los iniciados estuvieron un buen rato también bajo la llovizna tranquila, según Dazu ayudaba a la concentración. No tardó en largarse una lluvia más fuerte cuando el mago y los iniciados se dirigieron hacia el granero principal.
-Bien hecho, sino para la lluvia o al menos si no se tranquiliza el tiempo, tendremos que suspender lo de la levitación… pero no se preocupen, por el momento les enseñaré un par de pergaminos, su uso y sus consecuencias también en caso de tenerlas… Deben recordar el de la curación supongo…
 Los aprendices del guerrero corrían sus kilómetros diarios con la lluvia pegándole en sus rostros. Marrow con fatiga superaba el peso extra, pero esta vez era diferente, estaba mojado y pesaba más, pero por ninguna razón se quitaba las zapatillas, siquiera para dormir, pero con agua se sentían diferentes.

 Los días pasaban y la lluvia no cesó por cuatro días. Para ese entonces los futuros guerreros no se hacían problema por ella, las armas de entrenamiento se veían hinchadas por la humedad. No entrenaban con los MEDEs, solo los iban a utilizar para el momento en el que el viaje se realizara. Cada uno sabía qué es lo que tenía que hacer en tal caso, se habían dividido en grupos de dos para hacer entrenamientos entre ellos, cada uno tenía un compañero de su mismo nivel y un nivel fijo del MEDE sin interrumpir los kilómetros.
 Los iniciados en cambio habían aprendido un par de conjuros, en lo que a uno de ellos se le ocurrió la idea de usar el hechizo del agua para abastecer los campos.
- ¡Eres brillante! Algo que me olvidé de decirles es que, aunque los hechizos de pergamino no utilicen parte de su poder, estos ayudan en su crecimiento. Puede que este sea un buen entrenamiento para cuando no estemos, además de la concentración claro- ambos iniciados asintieron con seguridad- eso sí, no llamen la atención, ya lo saben, no han aparecido anuladores últimamente pero tampoco queremos llamar la atención otra vez.
- ¡No te preocupes! Nos encargaremos de eso.
-Ahh, y otra cosa más. Usar muchas veces el mismo hechizo no les va a ayudar en nada, al inicio sí, pero con el tiempo la “experiencia” que adquieran irá disminuyendo progresivamente.
-Está bien, ¿pero que otro hechizo podemos usar? Las bolas de fuego son llamativas y los tornados no nos van a ayudar en nada tampoco…
-Mmm… Hay un hechizo… Pero no es de pergamino…
- ¿Nos llevará mucho tiempo?
-No Franki, pero tendremos que posponer la levitación…
- ¿De qué se trata? - preguntó Ido
-Para que lo entiendan, se lo puede llamar movimiento de masas. Prácticamente es como la levitación, pero aplicado a otros objetos. También es diferente también al encantamiento de estos.
-Entiendo-dijo otro de los iniciados.
- ¿Pero no podríamos aprender eso para hacernos levitar a nosotros mismos?
-Bien pensado pequeño, pero esta clase de levitación se aplica a cuerpos sin vida…
-…-
-No te preocupes, ya podrás volar, pero primero hagamos eso que por suerte si da experiencia.
-Bueno…

 Los días pasaron y los iniciados ya tenían un conocimiento básico del hechizo, habían hecho nuevos canteros cerca de la aldea para practicar y de la misma forma habían plantado semillas. Dedicaban gran parte de su tiempo a ello, y cuando no, trabajaban en la levitación.
 Dos días antes del viaje, los cinco que acompañarían al Sabio dejaron sus ocupaciones para prepararse, Marrow que había trabajado en una herrería hacía ya mucho tiempo, cuando era pequeño, armó un par de corazas de acero para proteger el torso de sus acompañantes.
-Deja ya eso, no lo vamos a necesitar y hará más cansador el viaje por el peso que llevas- dijo el anciano en la ocasión, palabras que repercutieron en la cabeza del campesino.
-Con que más peso…
 Para la tarde antes de partir se había hecho con una armadura bastante resistente y con un peso importante,
- ¿Cuánto pides por ella? Se ve muy bien y parece tener buena calidad.
-Gracias Sarím, si quieres cuando regresemos forjo una a tu gusto.
Estaría encantado.
- ¿Nosotros no necesitaríamos algún tipo de armadura Dazu? - le preguntó el niño a su maestro.
-En el viaje les voy a enseñar un hechizo para que vean a las armaduras como objetos inútiles.
-Bueno ya es tarde, mañana saldremos temprano así que, a descansar, avisaré al Sabio- dijo Sarím y se alejó.

 Franki se despertó en medio de la noche, los gritos de Ido no lo dejaban dormir, vivía cerca y al parecer, volvía a tener pesadillas.
- ¡No puede ser posible! ¿Quién eres? No puedes ser…
- ¡Despierta Ido!
- ¿¡Ehh!? ¿Franki? ¿Qué pasó…?
- ¿Tuviste otra pesadilla?
-…
-Dime que pasó al menos, ¿Es la misma de la ves pasada?
-… Puede que sí, pero no recuerdo nada…- la cara de preocupación crecía en Ido.
-Descansa, mañana saldremos temprano por lo que dijeron…
-Está bien, tú también…

 Los maestros, el anciano y Marrow esperaban en la entrada de la aldea cuando aparecieron Ido y Franki.
-No me digas que…
-Si Dazu, otra vez- respondió Franki
- ¿Está pasando algo y no me lo cuentan? - dijo el sabio un poco molesto.
-En marcha señores que ya es tarde- los apuró Sarím.
 Sin decir una palabra más, comenzaron a caminar hacia el norte en dirección a Piedra del Alma, la ciudad más cercana a la aldea, y a su vez, una de las más importantes por sus antecedentes referidos a magos, a pesar de que, en el presente, la magia estaba prohibida allí.

sábado, 19 de octubre de 2019

Jimó - Parte 1.7


Capítulo 7


El entrenamiento de los guerreros había comenzado hacía ya más de media hora para cuando el mago apareció en la colina de iniciación acompañado de Ido. Nadie dijo nada, el pequeño Franki se había dormido sobre la roca esperando abrazado a su muñeco, los otros dos estaban haciendo pelear a sus MEDEs.
-Me… Me quedé dormido… ¿Qué paso…?
-Nada Franki, no te preocupes… A Ido le han dado pesadillas y lo encontré durmiendo en el granero principal… ¡Comencemos! Los han traído por lo que veo, por ahora guárdenlos. Primero nos concentraremos en otra cosa, pero servirán más tarde.
- ¿Puedo descansar un poco Dazu…?
- ¿Así querías hacer un entrenamiento intensivo? - rió Dazu- Tratemos de comenzar lo antes posible y en un par de horas descansaremos un rato.
-Está bien…- dijo Ido con pocas ganas.
- ¿Qué vamos a hacer? - preguntó hiperactivo Franki
- ¡Así me gusta! ¡Ese es el ánimo que necesitamos! Les voy a enseñar algo que hace un par de años se prohibió hacer en público, y por eso no lo hice todo este tiempo. Antes de decírselos les quiero explicar que hacerlo les quita un 5% del poder por el momento en que lo hagan, pero sirve para concentrar su poder y llevarlo a un estado más… Puro por así decirlo. En caso de tenerlo dominado en un futuro y sentirse mal al usarlo en un encuentro de cualquier tipo que sea solo dejen de hacerlo…
-No digas que…- interrumpió uno delos iniciados
-Volar bajo, levitar, flotar, llámenlo como les guste.
 Franki quedó estupefacto por unos segundos después de escuchar estas palabras, y con los ojos brillosos comenzó a correr alrededor de Dazu.
- ¿¡Qué tenemos que hacer Dazu!? ¡¡Dinos ya, por favor, quiero volar!!
-Calma, lo primero que tienes que hacer es calmarte chico- Franki dejó de correr y volvió a subirse a la roca- ahora concéntrense, cada uno en su lugar, sentados y con los ojos cerrados. Pongan su mente en blanco y por ahora piensen en cosas livianas, nubes, plumas, un ave volando si quieren, lo que le venga a la mente.
 Todos hicieron caso al mago, Franki sobre la roca y los demás sobre el pasto.
-Por cierto- interrumpió el mago- esto no va a ser cuestión de horas, lleva sus días, así que no se pongan mal por no lograrlo rápido. Es un entrenamiento avanzado per los veo capaces de hacerlo.
-Dazu… ¿Cuánto tiempo tardaste? - Preguntó Ido- Solo por referencia…
-Logré levitar dos centímetros al cuarto día… Después de eso perdí la concentración al saber que lo estaba logrando y caí.
-…-
-Bien, comiencen.

-Marrow, aquí te traje algo que te podría servir… Son zapatillas con un peso extra, están un poco viejas, pero al correr con ellas te harás más ágil con el tiempo. Intenta saltar también, ganaras altura, no mucha, pero la suficiente.
-Gracias Sarím.
-No hay de que, apresúrate que tus compañeros te están dejando atrás.
 Los aprendices del guerrero estaban en su recorrido diario, doce vueltas alrededor de la aldea que aumentaban según pasaban los días, cuando un misterioso hombre encapuchado apareció sigilosamente cerca del guerrero cuando los campesinos habían desaparecido.
-Maestro…
-Sarím, no puedo estar por mucho tiempo. Tendría que hablarte de algo que pasó, pero no es el momento, sigue entrenándolos.
-Ya me preocupaba que no aparecieran, está bien, al menos se de tu paradero.
-En un par de semanas viajaran a Piedra del Alma, ¿verdad?
-Si… pero ¿¿cómo sabes…??
-Eso no importa ahora, nos veremos en la taberna, se cauteloso y que nadie te siga. Dazu también será contactado, pero será mejor que no hablen de ello.
-Está bien… Nos veremos entonces…
 Sin decir una palabra más, el encapuchado desapareció tan rápido como un haz de luz, dejando con muchas dudas a Sarím


-Dazu, me estoy durmiendo- murmuró Franki- ¿no hay alguna forma de acelerar esto?
- ¡Por supuesto! - la cara del niño se ilumino, pero no por mucho –Cerrando el pico y concentrándote, tienes que esforzarte un poco al menos…
-Pero me aburro…
-Pero quieres volar ¿no es así?
-Está bien- dijo el niño de mala gana y siguió, mientras sus compañeros veían de reojo como lo habían regañado.
 Un ronquido se hizo lugar entre los iniciados.
- ¡Esta ves yo no tengo la culpa! - gritó el niño.
-Está bien, descansemos, ¡pero si quieren lograrlo lo antes posible estaremos toda la tarde!
- ¿¡Eh!? ¿Qué pasó? - Ido se acababa de despertar por los gritos de sus compañeros, acto seguido, se volvió a dormir.
 Dazu golpeó su palma contra su cara y salió caminando hacia la aldea. Los iniciados viendo cómo se alejaba el mago, se tiraron al suelo y dispusieron a descansar.
 Había pasado una hora cuando Franki abrió los ojos para ver como el mago se acercaba hacia ellos. Como era ya costumbre sacó un pergamino de uno de sus cuantos bolsillos ocultos para leer para sus adentros lo que decía y recordar.
-No lo recordaba tan así… pues bien.
- ¿Qué es eso Dazu?
-Ven, te enseñaré algo.
 Los demás seguían durmiendo plácidamente.
-Repite bien lo que voy a decir.
 El mago guardó el pergamino
-Pon tus manos hacia delante y repite las palabras conmigo.
 Al hacer lo que dijo el mago, una corriente de agua salió de la nada mojando a los 3 aldeanos dormidos.
- ¿Qué fue eso? - dijo uno de ellos
-Despierten que tenemos que seguir el entrenamiento.
- ¿Hacía falta usar agua…?
-Por supuesto Ido, nada mejor que un poco de agua.
 Franki callado todavía no creía lo que había hecho.
-No le enseñé nada nuevo al chico así que no se preocupen. Estos pergaminos tienen conjuros y hechizos fijos que no dependen del poder de cada uno a diferencia de técnicas avanzadas como lo es la levitación. Si se concentran por un par de horas en la levitación prometo enseñarles un par de pergaminos. El agua es sencilla así que podrán aprenderlo enseguida ya que no hace falta tener el papel para su invocación, pero hay algunos complejos que sí… Bueno, tienen trabajo que hacer, ¡en marcha!
 Los iniciados se miraron entre sí, asintieron con la cabeza y se dispusieron a meditar. El mago observó que Franki no había ocupado la roca, sonrió y se subió en ella.